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OVA: Calima, el Reto del Rey Cuervo y la Flor Oscura

(OVA:ヘイズ、レイヴン王と暗い花の挑戦, Ovu~a: Heizu, reivun-ō to kurai hana no chōsen)

Información
Saga Caza de Viejas Sombras
Personajes
Kurohana Uchiha
Yashamaru Atsuryoku
Yorumaru Kurayami

Calima, el Reto del Rey Cuervo y la Flor Oscura (OVA:ヘイズ、レイヴン王と暗い花の挑戦, Ovu~a: Heizu, reivun-ō to kurai hana no chōsen) Esta OVA narra el encuentro de Kurohana Uchiha y Yashamaru Atsuryoku; y su iniciación en la Organización Akatsuki Afterlife.

El viento soplará sobre la arena[]

La voz silbante del viento, la bruma provocada por la arena revoloteante, una noche que intenta calmar la ansiedad de la incertidumbre... sigue caminando, sí, incluso si el sendero se torna sinuoso y sin final.


El atardecer se acerca de manera inminente, las sombras crecen a cada momento... la mirada morado oscuro de ella se clava en el frente. Cuestionante y esperando el siguiente paso, es una batalla.

Un golpe de taijutsu, veloz y casi invisible, por poco logra llegar a una Kurohana Uchiha que muy concentrada se aleja de un salto para esquivar ese golpe de... Yashamaru Atsuryoku.

¿Por qué está librando una pelea con la persona que le salvó anteriormente?

Kurohana responde a esto con Elemento Fuego: Jutsu Gran Bola de Fuego, que sólo evita que el shinobi no se acerque por unos instantes. Yashamaru usa Aureoferrídio para intentar atrapar a la kunoichi que vuelve a retroceder al ver esto. Delante de un gran árbol que debió servir como defensa, el shinobi hace que el Aureoferrídio rodee el árbol y quede como la trampa letal sin escapatoria.


Kurohana: ¡Rayos!- dijo como si esto realmente la pusiera en problemas.


Yashamaru: Ya puedes rendirte... sólo quiero hablar contigo, ¿o deseas resistirte más?


Kurohana: No tengo nada qué charlar contigo, nada... esto es tan, sou...- no parecía alarmada.


Se reveló que era un clon de sombra.


Yashamaru: Que una kunoichi de tu nivel use esa técnica no lo esperaba, sí es algo extraño- dijo sin inmutarse.


La kunoichi ya no estaba a la vista, dónde, ¿al frente? No ¿abajo? No, ¿huyó? ¿No que no era su estilo? El zumbido atronador y peligroso, de arriba, era una Fūma Shuriken que fue lanzada por la chica. Yashamaru en un instante rápidamente sostenía en sus manos la Wasdaña, que fácilmente rompió la Fūma Shuriken.


Kurohana: No tengo opción... no quiero más problemas, nadie más... No Sayuri, nadie más, sólo yo- dijo convencida de cada palabra suya.


Toda la frase fue incoherente para Yashamaru, a qué se refería esa chica... por ahora no era lo que importaba.


Yashamaru: Eres algo obstinada, ¿no crees? Jaja, sólo una pequeña charla, ¿es demasiado para ti, Uchiha?


Kurohana: Sólo yo, nadie más...- repitió


Desenfundó su katana, Hiyozora, de empuñadura negra, arremetió sin dudar y sorprendentemente, el shinobi... esquivó el ataque. Por qué, eso consternó a la chica.


Yashamaru: En serio, no quiero herirte, tu katana podría romperse, no hagas eso.


Kurohana: Qué dices, sou...- usó flujo de chakra estilo fuego en la katana, fuego recorriendo la cuchilla- ahora sí, ¿ya no estoy "desprotegida"?- dijo irónicamente.


Yashamaru: ¿Por qué no usas tu Sharingan? ¿A qué temes?


Kurohana: Temor... no es eso, pero, por algo no evitas mirarme a los ojos, es como si quisieras que yo usara genjutsu, no, corrijo, que yo intentara usar esa técnica en ti. Sencillamente prudencia... seguro que puedes neutralizarme si lo usase.


Yashamaru: Qué deductiva...


Kurohana: Aunque hay algo más... no estoy peleando en serio, y estoy convencida que tú tampoco, sólo es un símil de juego, ¿cazas? Porque lo que haces es "cansar a tu presa".


Yashamaru: Disfrutas la batalla, o el "juego", eso es tan notorio de ti, una guerrera jaja, y no te ofendas por lo que digo. Puedes mejorar mucho, ciertos detalles... pulimiento diría yo.


Kurohana: Lo dices como si fuera un objeto, usable... pero no me ofende, y no te ofendas si yo te digo que eso de mejorar lo sé muy bien, un shinobi que no desee superarse tarde o temprano perecerá, adaptabilidad, aprendizaje...


Yashamaru: Deseo de superarse... ambición... serías una pupilo ideal.


Kurohana: Te refieres a alumna, soka...


Yashamaru: Dime algo, ¿por qué peleas? ¿cuál es tu motivación?


Kurohana: Cada batalla es un aprendizaje nuevo, da crecimiento como ninja... es superarse a sí mismo, un reto que se presenta y al superarlo ya se es una persona diferente. Y... tengo otra motivación, menos amable... pero eso no es algo que diré ahora.


Yashamaru: Bien, entonces, esta batalla queda terminada, ¿o pospuesta? ¿qué eliges?


Kurohana: Lo que tú decidas...


Yashamaru: Ahora comprendo, entonces... te reto... a ir conmigo y obtener algo que me pertenece. Te reto a mostrarme qué aprendes de una batalla.


La chica fue disminuyendo el flujo de chakra, hasta que la katana quedo sin él... aunque no lo reconociera, si algo le mantenía con deseos de seguir, era, el reto de Sayuri, el reto de mostrar su verdadero poder, su deseo de encontrar la verdad sobre sí misma.


Kurohana: Acepto... ¿dónde será?- y ésta esbozó una sonrisa, más parecida a una mueca. Y recordó cuántas veces Harumi y Himeko-sama la retaron, la adrenalina en su cuerpo.


Y la mirada de este shinobi criminal rango S le causó confusión, estaba confiando en él, su mente le hizo evocar sus inicios de entrenamiento con sus mentoras. Y la sonrisa aparentemente amable de Yashamaru la hizo creer. No era la misma persona que aquella vez parecía desfallecer a sus pies, que esa vez le hizo sentir una extraña compasión. No era esa persona que agonizaba en la soledad y el frío, ésta era cálida, segura y llena de energía...

Yashamaru: En Suna, será la primera vez que entrarás a territorios ajenos... esto será un reto, a tus capacidades como kunoichi. ¿Has pensado en entrar a la organización Akatsuki Afterlife?


Kurohana: Quizá sí... conozco a dos de sus miembros, pero no los volví a ver, nuestros caminos nunca volvieron a cruzarse... sou dayo...


Yashamaru: ¿Estás preparada para partir ahora mismo?


La chica lo miró fijamente y su respuesta tardó un momento.


Kurohana: Por supuesto, ahora mismo. No es como si fuera a tener que llevar mucho equipaje.- ¿eso era una broma? ¿de esa chica seria y distante?


Y en el cobijo de la noche ya bien instalada, partieron rumbo a Suna, internando sus pasos en el desierto. Sin importar qué pasase, dentro de sí Kurohana también deseaba comprobar algunas cosas sobre este misterioso hombre, ese que parecía confiado, poderoso y sin prisas...

Asalto silencioso a la Aldea de la Arena[]

Delante de un ente algo se vislumbra... sólo quedan resquicios de lo que antes era amable y sin palabras cada respiro es un gracias a la vida


El amanecer despunta delicado, la travesía fue pacífica, en los rostros de los dos shinobi un ligero cansancio se dibuja, descansando cada cierto tiempo durante su andar y la aldea de la Arena por fin es alcanzada por sus pasos.

Yashamaru: Kuro-chan... aquí es donde usarás tu genjutsu...-dijo tranquilo.


Kurohana: Entiendo- distante.


Al aproximarse a la entrada de la aldea, los guardias notaron que no eran residentes, se aproximaron a Yashamaru pero Kurohana se interpuso en su camino, llevaba la capucha puesta y sólo bastó que se la quitara y mirara fijamente a uno de ellos, se acercó a los otros dos e hizo lo mismo, todos quedaron bajo genjutsu y los visitantes entraron a la aldea de inmediato.

Esta aldea era diferente a lo que Kurohana estaba acostumbrada, el sol tocaba directamente su delicada piel y entrecerraba los ojos por la luminosidad directa del sol, se volvió a poner la capucha de su abrigo y un pequeño estornudo selló su incomodidad en ese ambiente, todo lo anterior provocó una ligera risa de Yashamaru a quien al parecer este clima y entorno le eran muy familiares y en su rostro se vio por un momento que también le causaba algo de nostalgia.


Kurohana: Ya estamos dentro, ¿qué sigue ahora?


Yashamaru: Entrar en acción en este momento dispararía todas las alarmas... esperaremos un poco. Emh, ¿a dónde vas?


La chica se alejó sin responder y fue directo a un pequeño restaurante, pidió algo de beber y se sentó desenfadadamente. El shinobi fue al mismo lugar sólo que tranquilo y relajado


Yashamaru: ¿No crees que era mejor decir "tengo sed" o "quiero descansar"? Jaja.


Kurohana: O sea, pedir permiso... terminaré pronto-dijo mirándolo fijamente.


Yashamaru: No era eso... pero de pronto me parece que ignoras que esto es algo en equipo.


Kurohana: Debes saber que detesto el trabajo en equipo, no te ofendas, tampoco es como que no sepa hacerlo... y mis acciones no te afectarán, te lo aseguro...


Yashamaru: Ah, tranquila... ahora que lo pienso, este es un buen lugar para esperar la hora correcta... debo investigar dónde está lo que busco, me muevo de mejor manera solo, espera aquí vuelvo en un rato- se levantó de su asiento y se alejó hasta perderse entre la multitud.


Kurohana, siguió bebiendo e incluso también comió algo, sí, reflejaba tranquilidad y desinterés pero esa no era la verdad... eligió ese lugar porque tenía una gran vista de gran parte de la aldea, y también estaba cerca de las puertas, aunque no creía que ese shinobi la pudiera traicionar, también era muy iluso pensar que eso fuera improbable. Su mirada púrpura indagaba todo y escudriñaba cada parte de lo que le rodeaba, buscaba puntos débiles, cualquier cosa que le diera una ligera ventaja ante cualquier eventualidad. Y así se fueron cuatro horas, quizá Yashamaru no regresaría y para eso también estaba preparada, aun una trampa. De entre la gente se vislumbró la sombra del Atsuryoku... allí venía.


Yashamaru: Listo, vamos Kuro-chan...- y el joven le indicó que le siguiera.


Kurohana: ¿Cuántos rivales aproximadamente? ¿silente, o eso no importa?- la voz de ella era calmada pero su semblante ya era diferente, más seria.


Yashamaru: Es un sitio bien protegido, sin importar que yo supuestamente no deba volver parece que ellos me esperan... silente, pero una vez dentro el silencio será imposible, mientras más tardemos en salir más peligroso será.


El sitio aprentaba ser una bodega, un lugar que en su momento fue deslumbrante, de grandes dimensiones, la tarde se acercaba lentamente.

Sobre una construcción cercana yacían los dos shinobi, Kurohana esperaba la señal de Yashamaru, y éste se la dio.

Se dirigió a la entrada, el portón resguardado por varios shinobi de seguro con rangos Jonin o ex ANBU. ¿a la entrada principal? sí.


Kurohana: Pero que... ehm-no sabía cómo llamarle, siempre él comenzaba, no ella- Yashamaru...- por fin decidió llamarlo.


Yashamaru: Dime...-respondió sin detenerse.


Kurohana: A la entrada principal, ¿es en serio? no entiendo, dijiste silente...


Yashamaru: Exacto, usa genjutsu, tardarán más en averiguar que somos infiltrados, si irrumpieramos, incluso en silencio, la reacción será mayor y más negativa.


Kurohana: Comprendo... la infiltración crea desconfianza y limita la comunicación, indispensable si se necesita ir contra un enemigo.


Llegaron frente a la puerta y Kurohana los puso bajo una técnica ilusoria. Quedaron inconscientes.


Yashamaru: Kuro-chan... tenemos poco tiempo en lo que descubren a los guardias.


El lugar dentro era más grande de lo que parecía, corredores y pasillos poco iluminados, angostos o habitaciones vacías.


Yashamaru: El manuscrito no está donde creía, ya deben haber descubierto a los guardias...


Kurohana: No me preocupa eso... ¿y si eso que buscas no está aquí?


Yashamaru: La información que recibí dice eso, está aquí pero en un lugar diferente. Lo encontraremos.


Kurohana: ¿Qué es exactamente?


Yashamaru: Un manuscrito, pertenece a mi clan... fisicamente es aúreo, como un delgado pergamino, lo tenían dentro de una urna...


Kurohana: Entendido, aúreo...


Varios guardias se acercaban, sus pasos, voces que decían que se encontrara al infiltrado.

Una batalla contra el tiempo, lograr su cometido, escapar y con vida.

Ironía del crepúsculo[]

Si no hay regreso entonces no desees estar en el pasado, que ya no existe... sólo dejó cicatrices en tu alma, nada más


Ya están dentro, pero el objetivo aún no ha sido cumplido... Es inevitable que los dos shinobi sean descubiertos, el huir les quitaría tiempo, así que deciden enfrentar y derrotar los más posibles ninjas de Suna. Kurohana siente la adrenalina correr por sus venas, lista para una lucha inminente. Yashamaru no refleja inquietud... pero el tiempo apremia. En ese laberinto de pasadizos y habitaciones vacías, la iluminación es insuficiente, las voces de los shinobi se oyen más cercanas, de ambos lados, sin deseos de ocultarse, Yashamaru indica que espere un poco más y Kurohana asiente. Dos grupos de shinobi impiden una posible salida pronta, es necesario pelear y... ganar a toda costa. En un ataque sincronizado los dos grupos lanzan una gran cantidad de kunai y senbon; que son detenidos por aureoferrídio de Yashamaru y Kurohana evade este ataque.


Yashamaru: Kuro-chan, te recomiendo que tengas sumo cuidado con estos ataques... llevan veneno paralizante.


Kurohana: Entiendo...


Shinobi de Suna: ¿No es Yashamaru del clan Atsuryoku?-dijo alarmado.


Jefe de escuadrón: Así es... una gran recompensa nos espera si le capturamos, y esa niña es una renegada de Konoha, un dos por uno, qué suerte...- los miró con desdén, y dio la señal de que los atacaran.


Una ráfaga de viento cortante provino de uno de los shinobi de la Arena y Kurohana volvió a usar un jutsu del elemento fuego, esa gran barrera de fuego se avivó al entrar en contacto con el viento, ondeantes llamas dibujaron la figura de Kurohana que se mantuvo firme y mirando fijo a sus rivales.


Yashamaru: Terminemos ahora mismo con esto- descubrió sus manos y en las palmas comenzaron a brillar los cristales Kagami, de inmediato empuñó su Wasdaña y todo comenzó a tornarse en una gran batalla.


Kurohana nunca había visto algo parecido y sin dudarlo desenvainó a Hiyozora, destellante con ese filo color plata y su empuñadura negra. Verle a la cara, esta Uchiha impasible, determinada... era suficiente para notar que iba en serio.

Un estruendo estrepitoso, los muros fueron derribados.


Yashamaru: Son hilos de chakra, lo notas... ¿no? Kuro-chan. Gritó al otro lado del pasadizo que ahora estaba bloqueado.


Kurohana: Hasta hace unos segundos- activó su Sharingan y ahora nota claramente que fueron manipulados por los rivales-nunca pensé que los hilos de chakra fueran usados de esta manera-respondió gritando también.


Yashamaru: Tienen tantos usos y esta es una técnica avanzada, sé cuidadosa... buscaré una manera de ir hasta donde estás, no te preocupes-su mirada profunda se clavó en los enemigos- llegaré en un momento.


Esa endemoniada iluminación carente, ya no era algo en contra, con el Sharingan tanto cambiaba...


Kurohana: Bien, en lo que llega Yashamaru, hay que resistir y dar batalla, no me subestimen, chicos.


Enviando dos Fūma Shuriken a gran velocidad, los shinobi enemigos los esquivan y ella los jala con hilos de acero, así que ellos deben esquivar una vez más... y ella aprovecha para saltar al otro lado.


Kurohana: Ahora ya no estoy contra la pared- y corre hacia algún sitio, ellos la siguen.


La chica está evadiendo todos los jutsus con que le intentan detener, en su mayoría senbon, y bombas de humo venenoso.


Kurohana: No usan una gran variedad de técnicas... o... quieren que me confíe... sou.


Revisa cada habitación y se escabulle, está en busca del pergamino... entra a una habitación más grande, más oscura, objetos antiguos yacen en el lugar... por centímetros evade un kunai que se clava a su lado, una marioneta se acerca a ella e intenta atraparla, Kurohana usa Hiyozora y con flujo de chakra elemento rayo corta la marioneta, nota dónde se oculta su usuario... que es un mujer joven de tez clara, cabello rubio oscuro en una coleta y ojos color gris, el resto de su rostro se encontraba oculto bajo una tela; estaba detrás de una gran falso muro con rendijas, lanza varios kunai a Kurohana pero la Uchiha los desvía con Hiyozora... se acerca y la hace caer en Genjutsu. La Uchiha silenciosamente revisa, no hay trampas. Las voces de quienes la persiguen justo se acercan.

Shinobi de Suna: ¿Dónde está? ¿entraría al salón principal?-cuestionó gritando a sus compañeros.


Shinobi dos de Suna: Hay un guardia, saben que eso debe estar protegido, incluso de técnicas nuestras que le pudieran maltratar-respondió con un tono alto de voz.


Shinobi tres de Suna: No veo al guardia.


Kurohana nota esa fina tela desgastada pero de alta calidad, la quita y allí está frente a ella una urna de cristal, polvorienta, borrosa por la fina capa de arena que se ha acumulado sobre la misma, la abre lentamente y... percibe un chakra que proviene de ese pergamino que yace al fondo, lo menos importante era cuestionarse si era o no normal percibir esto de un objeto supuestamente sin vida... y era áureo, sí, sólo eso le bastó para saber que era lo que el Atsuryoku buscaba.

Lo toma y lo guarda en su abrigo.

La puerta es derribada y ella espera dentro, esto será otra lucha de frente, así como ella las valora.

Ella comienza usando otra técnica de elemento fuego a todas direcciones, sin usar suiton no era fácil de ser evitado el ataque. Una barrera de Doton, ¿en Suna? Así es.

Con su Dojutsu activado nota que jalan hilos de chakra, más marionetas, con puntas filosas, envenenadas, lo sabe. Sin esperarlo es jalada y cae de espaldas, los hilos de chakra fueron utilizados ahora en ella, instantes en que sus ojos rojos se agudizan pero no logra romper los hilos, es arrastrada hacia el enemigo que le espera con una marioneta para capturarla. Usa hilos de acero unidos a un kunai para ralentizar la velocidad, los hilos le hieren las manos y no logra poder mirar a los ojos a su rivales para usar genjutsu. Se suelta y hace otro jutsu de katon, todo explota sin romper cimientos, escombros de algunas paredes caen y el polvo inunda el lugar... y logró liberarse, por fin. Entre todo el caos ella respira agitada, se liberó... parece terminar este incidente, de repente siente un pinchazo en su antebrazo, entre todo el fuego y humo que le rodea, con casi nula visibilidad. Ya que se esclarece un poco nota la mano ensangrentada de un shinobi de Suna que se aferraba a su antebrazo y deja caer una aguja con paralizante. ¡No puede ser!... en segundos no puede moverse, todo gira, ve borroso incluso con el Sharingan activado, se desactiva su dojutsu y ya no puede usarlo... no puede respirar bien, siente un agudo dolor, como si le arrancaran la vida misma, y quemarse por dentro; no lo soporta, otro shinobi de la Arena se acerca y sin dudarlo le clava un kunai en su pierna derecha.

Y este ninja nota el manuscrito que la chica tomó y se lo arrebata, se lo da a otro shinobi que recién llega, le indica que lo regrese a su sitio. El dolor es indescriptible, sus pupilas se contraen, su mirada pierde brillo, todo se está acabando ahora mismo, ¿aquí terminará todo? Se pregunta, el mismo shinobi se prepara para dar un golpe que será conciso, certero... y mortal, la mira con desprecio, ojos vacíos y llenos de furia, carente de compasión o una ligera lástima. Ella cierra los ojos, si esto será llevado a cabo prefiere no ver a su verdugo, en su mente evoca a su hermana y su sonrisa, a Himeko-sama y su amabilidad, y sus padres... ¿nunca sabrá qué les pasó realmente? Se acaba su vida sin haber consumado su venganza... ¿cuál fue su victoria en la vida si ni siquiera pudo lograr hacer justicia a sus seres amados? Es como una llama que se extingue lentamente, quedarán sólo cenizas.


Kurohana: Madre, padre... nee-chan... Himeko-sama, lo siento...-respiró otra vez, exhalando un soplo de vida agonizante que se le iba del cuerpo, por una última vez, y decidió no cerrar los ojos, eso era cobarde... y mantuvo fija su mirada en ese ser que no le tendría compasión-gracias...-dijo en un susurro firme.


El shinobi que le amenazaba cayó en un segundo... justo a su lado... muerto... ¿qué estaba pasando?


Yashamaru: Kuro-chan, llego algo tarde, lo siento- y le sonrió.


Al abrir los ojos, vió al shinobi de rubios cabellos y sonrisa amable. Éste se puso en cuclillas a su lado.


Yashamaru: Es hora de ir a casa Kuro-chan.


La mirada de la chica se clava en el techo y cierra los ojos una vez más, su respiración es jadeante y está exhausta. Su atuendo está rasgado y su pierna herida sigue sangrando creando un charco, las vendas de sus manos están casi totalmente destruidas y las heridas de sus brazos son muy visibles, nota que su chakra sigue sin poder fluir normalmente, ladea el rostro y mira el cadaver de aquel shinobi que casi le arrebata la vida.


Kurohana: La vida es tan frágil y tan poderosa al mismo tiempo... cada muerte es un camino que fue corto y no pudo ir más allá... es un cambio que quizás nadie note pero se ha ido ese ser y nunca volverá... esta vez no era mi turno, mi alma aún sigue aquí en mí y mi mente sigue clara... Yashamaru, no he encontrado el sufijo correcto para ti, "kun" parece que te subestimo, "san" me parece inadecuado, "sama" en una persona a la casi acabas de conocer es un intento de empatizar de inmediato y no es mi estilo... te aseguro que encontraré la manera que me parezca idónea... pero lo que te diré no necesita de ello... Gracias...-su mirada se fijó en el shinobi de ojos turquesa y cabellos rubios, ella parecía tan vulnerable, pero también aún se veía fuerte, no podía moverse en lo absoluto, si Yashamaru le quisiera hacer daño no habría gran resistencia; pero ella no sentía temor, no en ese momento.


Yashamaru: Cierto, es frágil pero por eso no sólo tenemos fortalezas físicas... no te apures con el sufijo, no te molesta que te llame "Kuro-chan", ¿o sí? qué puedo decir, de nada jaja-sonrió de nuevo, pareció confiable, una vez más.


Kurohana: No me ofende si a eso te refieres...-su oído agudo notó vibraciones de shinobi que se acercaban y Yashamaru también se dio cuenta de ello.


Se inclinó al lado de la Uchiha y descubrió la herida, desde su punto de vista no era grave, un poco de ninjutsu médico y reposo.


Yashamaru: Kuro-chan... todo estará bien, sí, ya se acercan...


De entre sus ropas sacó una jeringa ninja y sin dudarlo la clavó en el brazo de la chica, no gritó, pero el dolor era inenarrable.


Yashamaru: El paralizante que te fue inyectado, sé muy bien como neutralizarlo casi de inmediato, tranquila.


Kurohana: Menos de un minuto, y estarán aquí, no quiero ser una carga, si tuvieras que irte... no lo tomaría a mal.


Yashamaru: Qué dices... unos segundos más... yo te traje y saldremos los dos, no uno...


Muy rápido, el efecto de lo que le inyectó el Atsuryoku fue casi instantáneo... pudo moverse y se sentó, al hacerlo quiso ver su herida y para su sorpresa no era de una gran longitud, había sido herida peor en otras ocasiones.


Yashamaru: El paralizante actúa también como un genjutsu de bajo nivel, físico y mental, pero no era verdad. Hora de irnos.


El shinobi de Akatsuki Afterlife, creó una barrera de aureoferrídio para retrasar a sus perseguidores, éstos usaban jutsus para penetrar y llegar hasta los infiltrados.


Trabajosamente la kunoichi se puso de pie y comenzaron a andar hacia una de las salidas, y si no encontraban alguna la tendría que crear Yashamaru...


Kurohana: Estoy segura de que entre ellos hay un ninja sensor...


Yashamaru: ¿Puedes ocultar tu chakra?


Kurohana: Por supuesto, aunque no sé si ahora mismo pueda-se concentró un poco-sí pude, sigamos.


Esos pasillos parecían interminables y sin final. Ahora se agradecía la poca visibilidad

De un movimiento el ninja criminal rango S, con su Wasdaña destrozó una pared y se filtró la luz de afuera, entrecerrando los ojos salieron.


Yashamaru: Ahora sigue, salir de la aldea.


Kurohana: No es buena idea el intentar que me lleves a este paso y cargar con todo mi peso, no, por favor ayúdame a llegar a un sitio alto.


Y así de un salto la llevó hasta el techo de un almacén, donde la posó tratando de no causarle más dolor.


Kurohana: Kuchiyose no Jutsu...


Su invocación apareció delante de ella, era un zorro de gran tamaño blanco y con líneas rojas que delineaban algunos rasgos de su cara, era imponente.


Kurohana: Shinsei-san te he invocado, necesito de tu ayuda.


Shinsei: Kurohana.... si mi ayuda hubieras pedido antes... sólo es debilidad, te llevaré en mi lomo...-la voz de ese zorro era inhumana, grave y pausada sin abrir la trompa o los labios, era como si alguien más lo usara para comunicarse.

Shinsei Kitsune

El Atsuryoku lo miró algo extrañado pero no dijo nada, y el zorro no le dirigió palabra alguna.


Kurohana: Los regaños déjalos para mas tarde-caminó lentamente hacia el enorme zorro blanco.


El animal se inclinó un poco y ella subió, su pelo era largo y sedoso, amaba a esos animales y estar sobre Shinsei la hizo sentir segura.


Kurohana: Yashamaru, ¿podrás seguir el paso de Shinsei?


Yashamaru: Por supuesto, no te detengas.


A grandes, veloces y sublimes saltos, el zorro avanzó pasando sobre las construcciones de Suna, la chica admiró la belleza de la aldea, algo diferente, en otras circunstancias hubiera sido algo interesante pasear por sus calles arenosas y color ocre.


Bordeando, y de un gran y último salto, salió el zorro de Suna, Kurohana respiró como nunca, su corazón latiendo fuerte, aferrándose firmemente al lomo del zorro, así avanzaron más aprisa y ahí delante estaba Yashamaru esperando.


Yashamaru: No pensé que esto se complicaría...


Kurohana: Mientras no haya sido planeado... sou... no perdí mi alma, eso es mejor que otra de las muchas posibilidades que pudieron ocurrir...


El zorro caminaba más lento, el atardecer estaba en su auge, tonos dorados, cobrizos, rojizos... la mirada de Kurohana se tornó nostálgica, Yashamaru podía asegurar que sus ojos se pusieron acuosos a punto de llorar, ¿o era una ilusión óptica por los rayos menguantes del astro rey que decía adiós por ese día?

Yashamaru: Kuro-chan, permíteme curar la herida de tu pierna, así no irás vulnerable por ahí.


Kurohana indicó un lugar, era una una pequeña meseta que tenía vista directa al ocaso.

La chica bajó del zorro, le agradeció y el mismo se alejó de ellos se echó en el suelo y cerró los ojos.

Kurohana se sentó sobre un roca y Yashamaru comenzo a curarle con ninjutsu médico, la herida no era grave, quizá mas devastador el paralizante y la debilidad por perder sangre. La chica posó su mirada en el horizonte bermellón.


Kurohana: Ver el atardecer es como verla... a mi hermana ahí, dándome un cálido abrazo antes de irse...-sus ojos morados se cerraron por un instante y al abrirlos se podía notar su tristeza, dolor y frustración, su amor por quien ella recordaba, se mordía el labio inferior y trago saliva para no llorar, transmitía todo su sentir, era transparente, era amable, cercana; y todo por "ella". Te hablaré un poco sobre mi hermana Harumi Uzumaki...-sacó un pergamino pequeño, el chakra verdoso rodeaba su pierna y el crepúsculo de colores cobrizos era muy intenso, ya casi se iba.

Respiro del alma, es la tercera oportunidad[]

Abre tu mente, deja que el tiempo fluya y se lleve todo lo que se deba ir... ve hacia delante sin arrepentimientos


El atardecer daba sus últimos rayos, y éstos rozaban la blanca piel de Kurohana Uchiha, en medio del desierto sobre esa meseta rocosa que había resistido las inclemencias del viento, quien sabe por cuánto tiempo; Yashamaru terminó con la curación de la herida en la pierna que sufrió la Uchiha y se sentó en otra roca, dispuesto a escuchar lo que esta chica en inicio distante y desconfiada ahora le quería decir.


Kurohana: No sé mas que tu nombre y por alguna razón que desconozco y no entiendo, siento el deseo de compartir contigo un poco más sobre mí, me comentaste sobre ingresar en Akatsuki Afterlife y mi respuesta es... no-dijo demasiado seria-pero antes de juzgarme escucha lo que voy a decir.


Yashamaru: Está bien, habla...


Kurohana: Yo no sé cuáles sean tus motivaciones para vivir, todos tenemos alguna, familia, ambición, sueños y metas que nos dan fuerza para resistir, para ser fuertes-en sus manos ese pequeño pergamino, lo abría un poco y lo volvía a cerrar-cuando la vida da giros inesperados nos turbamos y muchas veces nos quedamos inmóviles, justo como el enemigo espera que sea... has de saber algunas cosas sobre mí y otras no... la incertidumbre de no saber qué y por qué pasan cosas alrededor de ti y no poder hacer nada, mis padres me enseñaron a fluir, a no temer... pero el miedo es algo innato en el ser humano y el que nunca volvieran de su misión siempre me causó la necesidad de buscarlos, en mi infancia eso no era posible, así que me quedé a vivir por mí para mí y sólo ser fuerte emocionalmente.

Tiempo después fui reclutada como ANBU, todo se hizo más lejano, la aldea y personas se volvieron ajenas a mí, allí la conocí a ella, esa persona que irradiaba energía, que sonreía a cada instante, que quería que yo le dijera lo que creía y pensaba, en ese tiempo era tan molesto para mí, detestaba que ella pareciera tan feliz, no, no parecía, lo era. Su nombre, Harumi, Uzumaki Harumi, fue mi capitana de escuadrón ANBU y comencé a entrenar bajo sus reglas, ideas y creencias, "trabajo en equipo", "amistad", la "Voluntad del Fuego"... mi yo interna guardó tanto enojo hacia ella, que un día no resistí más, le dije que estaba fuera del equipo y ella me dijo que eso no era posible, pero otra cosa sí... que ella me ayudara, no comprendí hasta que me dijo que le dijera lo que me molestaba... y así lo hice, escuchó atentamente, algo que nunca nadie había hecho, Yashamaru, ¿alguna vez has abierto no sólo tu mente sino toda tu alma? ¿alguna persona ha logrado eso? Así comenzamos de nuevo, ella me reveló su historia personal y me dijo que todos llevamos dolor, sufrimos por algo, pero si nos hundimos en él, estaremos perdidos...

Me hizo aprender una forma de ver la vida, los que no están, los que fallecieron, vivir por ellos y seguir con su legado. Un día horrible la asesinaron frente a mis ojos, Harumi, mi hermana por elección, su preciada vida le fue arrancada de tajo... y no pude hacer nada, sé quién lo hizo, por qué lo hizo... ese día obtuve el Mangekyo Sharingan, gracias a su muerte... Hokage no me permitió buscar a su asesina... y decidí ser una ninja renegada, haría muchas cosas por vengar su muerte. Dejé todo y una mujer Himeko Yozora, antigua amiga de mi familia me tendió la mano, viví con ella por diez meses, me enseñó tanto, yo amaba estar con esa mujer, era como la figura materna que hace tiempo perdí...-la chica hizo una pausa, se levantó de la roca, era evidente su frustración- pero de nuevo, la perdí, en mi ausencia, quizás por mi descuido... la mataron para dañarme, allí note que alguien me perseguía, quiere mi ruina, mi dolor, quiere quitarme todo lo bueno que yo posea, pero no es mi vida... una kunoichi de Kirigakure, es una mercenaria... Sayuri es su nombre, ella asesinó a mi hermana y a Himeko-sama, ahora podrás notar que cualquier persona que esté a mi lado o cerca mio, corre peligro, sólo yo, nadie más... nadie más morirá por mí, nadie. Por esa razón, no puedo crear vínculos con nadie. No arriesgaría a otras personas.


Un soplo de viento ligero agitó el cabello y el abrigo maltrecho de la chica, y ondeó el cabello del shinobi Atsuryoku.


Yashamaru: Entiendo... tu historia es especial, a pesar de todo aun no te rindes y eso me interesa en un alumno, ser tutor de shinobi con potencial, saber que detrás de una imagen hay una ser humano fuerte... piensa en algo que te diré... afiliarte a la organización Akatsuki Afterlife te dará algunas ventajas, un lugar dónde residir, dónde entrenar, sin riesgo de ser emboscada o sorprendida mientras estés vulnerable.


Kurohana: Algo más... mi contrato con los zorros, aunque no da como condición proteger el santuario de las sacerdotisas Kitsune, no puedo romper eso, yo quiero velar por ellas si la situación lo ameritara... es el último deseo de Himeko-sama.


Yashamaru: Puedes seguir haciendo eso, si ves las ventajas de afiliarte a la organización son más que puntos en contra, además practicamente ya superaste las pruebas necesarias para ingresar.


La chica volteó a mirarlo y él sonreía con algo de malicia, como quien sabe que ganó, pero quiere ocultarlo.


Kurohana: Pero qué dices... no me agradan las bromas... sou-consternada y de inmediato sus ojos se abrieron, algo había descubierto-o sea que sí fue planeado todo lo que ocurrió en Suna, apenas y puedo creer que te haya seguido el juego.


Yashamaru: Espera, no es así como lo dices, un poco sí, la meta era que aceptaras y pelearas sin mí ayudándote, claro; pero otras cosas; detalles no se pueden planear... hay una alianza con el Kazekage, pero eso no significa que permitirá que todo mi poder se vuelva una posible amenaza, tal vez por eso no me permitieron acceder al manuscrito, hace poco que sé de su existencia...


Kurohana: No importa, aprendí algo de todo lo ocurrido, como que ser desconfiada no es algo tan negativo, sou dayo... sin más, fue un honor ser tu conejillo de indias, pensaré lo que dijiste, hora de tomar senderos diferentes.


Yashamaru: Hay una línea muy delgada entre ser independiente y ser imprudente... tu chakra aún no está bien estabilizado, necesitas reposo, cuánto tiempo usaste tu Sharingan y genjutsu tras genjutsu... jaja, no estás bien. Aún falta mucho para salir de territorios probablemente hostiles para un shinobi renegado, me entiendes bien, por lo menos deja que los acompañe hasta salir del país del viento.


Kurohana: Pero yo...-miró a Shinsei y esté asintió-está bien, sólo hasta salir del país.


Uno a uno los rayos solares se apagaron y el manto de la oscuridad comenzó a caer, la noche, y la oscuridad... la amada compañera de Kurohana Uchiha, le reconfortó volver al lomo de Shinsei y casi de inmediato se quedó dormida, así continuaron su andar en los brazos de la oscuridad e infinidad de estrellas sobre ellos, porque esa noche la luna estaba ausente.


Kurohana sintió calidez, y un rayo de sol la despertó, ¡¡toda la noche durmió!! sin despertar... al levantar el rostro, sorprendida notó que estaba en una habitación, espaciosa y confortante... ¿dónde estaba? ¿adónde se había ido Shinsei? Tantas cuestiones, de pronto un pequeño zorro saltó sobre la cama en la que ella se encontraba, de pequeñas dimensiones y con una especie de sello color azul en la frente, ojos grandes y joviales, ya sobre sus piernas la miraba con la cabeza ladeada.

??: ¡¡Hanahana-chan!! ¡¡dormilona!!- y se abalanzó sobre ella lamiéndole las mejillas- ¡¡me tenías preocupado!! ¡¡mala, no te quiero!!!, mentira... te adoro niña mala!!!-dijo este pequeño zorro de género masculino y voz infantil.


Kurohana: ¡¿Tamashī, qué rayos haces aquí?!... ¿y dónde estamos?


Tamashī: Te cuido, Shinsei-sama, me dijo que estaba cansado y me dejó a cargo de ti hasta que te recuperes totalmente, y estamos... en el castillo de tu amigo-respondió con un tono de voz juguetón y simulando inocencia.


Kurohana: Mi amigo, ¿te refieres a Yashamaru? ¿cómo y por qué estoy aquí?


Yashamaru se asomó por la puerta y entró.


Yashamaru: Buenos días Kuro-chan. Dormiste bien ¿no?


Kurohana: Tú, cuando me curaste, qué fue...


Yashamaru: Lo descubriste... nada malo, somnífero, Shinsei accedió a ello, él también cree que eres necia, era la única forma de traerte hasta aquí, en dos días estarás bien, y podrás ir a la Aldea Shirizu, allí esperarás noticias de mí, lo más pronto posible iré a informarte...


Kurohana: Ya entendí y con Shinsei-san arreglaré esto después, te agradezco por los cuidados y la ayuda-bajó a Tamashī de la cama- y este pequeño me cuidará bien. Me ire lo más pronto posible.


Yashamaru: Dos días...


Se dio la vuelta para salir de la habitación.


Kurohana: Joven Yashamaru, espera...


Yashamaru: Dime.


La chica sacó algo de la capucha de su abrigo.


Kurohana: Ahora lo entiendo, el llevarme a Suna, la razón para ello era; ver cuál es mi motivación, combrobar si soy leal, ver mi resistencia, mis formas de combate, mis debilidades... y al traer el manuscrito te muestro mi astucia... aquí está-extendió su mano para entregarlo.


Yashamaru: Mira que sorpresa, me pareció que te lo quitaron en Suna-lo recibe.


Kurohana: Así pareció, pero no era el verdadero, no tuvieron tiempo de buscar bien.


Yashamaru: Pudiste haberte quedado con el manuscrito, este acto me dice mucho más de ti... con más ahínco quiero que te vuelvas mi alumna, Kuro-chan, en este castillo residen otros dos shinobi, alumnos mios con potencial, los conocerás muy pronto.


Kurohana: Lo pensaré, gracias una vez más.


Yashamaru salió y el amanecer en su esplendor acariciaba la frialdad en el alma de la chica... se levantó de la cama y fue a la ventana, su mirada se perdió en la vista del horizonte y sonrió ligeramente.


Kurohana: Despues de todo, sucedió algo más que aprender. Madre, padre quiero saber la verdad sobre ustedes.


Acarició la cabeza de Tamashī y respiró profundamente, este era un nuevo comienzo.

Noche tibia de primavera, arrullaste mi alma solitaria, dejaste que mis miedos se desvanecieran en ti y cuando me dices adiós sé que la luz también es parte del todo, que el día viene para hacer que mis pasos sigan hacia adelante

Hay flores nocturnas que florecen tres veces[]

Todo lleva su ritmo, su propio tiempo... sólo así puede ser hermoso.

La estancia de Kurohana en el Castillo del Promontorio Fronterizo estaba siendo tranquila, dos días se habían ido más rápido de lo esperado; Tamashī le había hecho realizar algunos paseos en los alrededores, ese pequeño zorro tenía cierto poder para chantajear a la chica y lograr que ella cediera ante sus deseos, por si fuera poco también tenían un juego especial que siempre sacaba una parte cómica de la chica, verle junto a Tamashī era como ver a otra persona, pero eso sólo lo sabían ella y los Kitsune. El día de partir llegó, ya había conocido a los otros residentes del castillo, así que les avisó que se marchaba, era hora de irse... El anochecer se acercaba, tanto disfrutaba de ver caer la noche. Ahí también se encontraba Yashamaru, con su porte usual.

Kurohana: Joven Yashamaru, te agradezco tanto... y también aprendí tanto en estos días.


Mientras Kurohana agradecía la ayuda, no notó que Yashamaru ya estaba justo a su lado, el shinobi de rubios cabellos le sonreía con ese gesto amable, sí, otra vez.

Kurohana quedó conternada por un instante.


Yashamaru: No me mires de forma desconfiada, he estado meditando y es muy posible que no sigas mi sugerencia.


Kurohana: No es necesario que hagas esto... vaya que no logro convencerte de que sí lo tomaré en cuenta.


Mientras el resto de los residentes entraron al castillo, el shinobi originario de Suna y la chica del clan Uchiha se quedaron, esta vez Yashamaru tenía un objetivo, y quería que fuera confirmado en ese momento.


Kurohana: Comprendo lo que ahora deseas que haga... estos días he tenido demasiado tiempo para decidir lo que haré, realmente no quería que fueras a todos los sitios a donde yo debo ir...


Yashamaru: No entiendo, ¿qué pasa?


Kurohana: Está bien, no creo que debas de estar más tiempo sin certeza de esto, hace tiempo alguien me preguntó si temía morir... ¿temor a morir? es algo que no conozco, desde hace tiempo que he escuchado de Akatsuki Afterlife... no te mentiré, velo por mis propias metas pero si ``ayudando`` llego más pronto a ellas, aceptaré tu propuesta, sí deseo formar parte de Akatsuki Afterlife.


Yashamaru: Sabía que esa sería tu respuesta ¡hey! esa mirada tuya cada que digo algo como esto jaja, has de saber que a seres débiles seguro los fulminaría o por lo menos un trauma si que les causarías. Y no esperaba que así lo dijeras... imaginé algo como: "Sí, acepto lo que dices" o "Deseo venganza y por eso entraré a Akatsuki Afterlife".


Kurohana: ¿Sabes? Hace casi un año que salí de Konoha y en ese tiempo, mi objetivo era entrar a Akatsuki Afterlife lo más pronto posible, pero encontré a Himeko-sama y ella me hizo creer que una vida de mercenaria a sueldo, de ninja renegada y caza recompenzas... no era para mí, pero ahora eso se ha esfumado, esa idea queda como algo tan distante que es mejor no pensar en ello- y las sombras comenzaron a crecer por causa de la noche que caía, ese ambiente ya estaba siendo algo en lo que Yashamaru pensaría cuando se dijera "Kurohana"- Joven Yashamaru ¿qué opinas de ir conmigo a dar una visita a un santuario especial?


Yashamaru simuló pensar y asintió.


Yashamaru: Por supuesto, pero antes... ¿irías conmigo a otro sitio especial?


Kurohana: Sólo si partimos ahora mismo, tengo las cosas planeadas y llegar al santuario lleva su tiempo así que no puedo perder tiempo de manera innecesaria.


Yashamaru: ¿Lo imagino o realmente que te gusta que las cosas se hagan a tu manera y tiempo? Jaja después de todo haremos esto como tú quieres.


Kurohana: Ya cederé yo en otro momento- sonrió un poco y se puso la capucha de su abrigo negro.


El shinobi de ojos turquesa y cabellos rubios indicó que partieran, de nuevo entre los brazos de la oscuridad. Ya había pasado mucho trecho desde que Kurohana dejó de reconocer en qué sitios estaban de paso, se detuvieron algunas horas a descansar en una posada y aún sin despuntar siquiera el alba reanudaron el camino.


Kurohana: Yashamaru, ¿te puedo preguntar algo?


Yashamaru: Sí, dime.


Kurohana: ¿Extrañas a alguien?


Una pregunta algo confusa, el shinobi se detuvo recién se dio cuenta de que Kurohana estaba inmóvil mirando el cielo y suspiró mientras esperaba la respuesta de él.


Yashamaru: Buena cuestión, creo que pocas personas están justo donde quieren, nadie se puede jactar de nunca haber perdido a alguien querido... pero el extrañar, en mi caso no me lleva a pensar que todo está perdido.


Kurohana: A veces me respondes como lo hubiera hecho mi hermana, Joven Yashamaru, gracias...


Las horas pasaron, tantos pasos suyos y al llegar a los pies de una gran montaña, Yashamaru le pidió que esperara, usó un jutsu al parecer de teletransportación.

El paisaje frente a Kurohana le pareció hermoso y esa construcción de dimensiones extraordinarias le hizo suponer que ése era el sitio al que venían, la alborada despuntaba con tímidos pero cálidos rayos, aunque Kurohana prefiriera la noche no tenía problema en disfrutar un amanecer, esos rayos eran menos hostigadores que los de mediodía... y en aprox. 10 minutos regresó Yashamaru, éste la llamó y juntos caminaron hasta llegar a la cima de aquella montaña, algo más raro quizá fue que el cansancio no fuera acorde al esfuerzo que a la vista era evidente si subías una gran montaña, sin fatiga, ¿genjutsu?.

La entrada del castillo era inmensa, pasar por el pórtico, ya dentro el lugar irradiaba una energía de poder, calma y oscuridad... también le transmitía su usual curiosidad.


Yashamaru: Te presentarás con el líder de la organización, ya sabe todo lo que debe saber sobre ti.


Kurohana: Entiendo.


Caminaron hasta una gran puerta y ésta se abrió sola, se vislumbró una gran sala, las grandes cortinas apenas y dejaban entrar algunos rayos de luz que de inmediato fueron cortados por el anfitrión que cerró muy bien las cortinas, en su lugar, velas fueron encendidas; una voz grave, pausada y penetrante vino de aquella persona que se encontraba de espaldas.


??: Kurohana Uchiha, ¿verdad?


Kurohana: Así es...


??: Soy Yorumaru Kurayami... no hay mucho que decirte, por ahora... Yashamaru te dará instrucciones y me ha pedido que vayas con él al Castillo del Promontorio Fronterizo, necesitas entrenar... detalles. Ahora ya eres un miembro oficial de Akatsuki Afterlife, tus habilidades parecen interesantes pero siempre se puede mejorar. No hay más qué decir, nos veremos pronto, Kurohana...


Mientras hablaba no hizo contacto visual con Kurohana, se percibía distante, en otro momento sería oportuno hacer algo por conocerlo mejor.


Kurohana: Yorumaru Kurayami, un gusto conocerlo, comprendo y me quedo a disposición de todo lo que requiera Akatsuki Afterlife. Hasta luego.


Yashamaru le indicó que era todo y salieron de la sala y de inmediato la puerta se cerró sola y se escuchó el cerrojo.


Yashamaru: ¿Qué te parece Kuro-chan, te gusta el recinto? A este lugar sólo acceden los miembros de la organización, en este lugar pasarías el tiempo a partir de ahora, pero hay otros planes para ti, es mejor ir al castillo y desde allí articular todo lo necesario... entrenarás porque pronto hay que hacer algunos trabajos, jaja.


Eso había sido todo en su primera visita a la mansión de Akatsuki Afterlife. Deseaba regresar y curiosear un poco, conocer a quienes también formaban parte de la organización. Ya sería pronto.


Kurohana: Es un gran sitio.


Yashamaru: Oh, algo más, ya vuelvo- y de nuevo se fue a algún sitio.


Cuando regresó sonreía muy complacido.


Yashamaru: Kuro-chan, adivina qué regalo hay para ti.


Kurohana: La verdad no lo sé, ni idea...


El Atsuryoku le mostró un atuendo de Akatsuki Afterlife, sería su propio atuendo, se lo dio.


Kurohana: Esto es... es demasiado pronto- y en sus manos no dejaba de mirarlo, le gustaba.


Yashamaru: Muy bien, hora de irnos, volveremos pronto Kuro-chan.


Kurohana: Joven Yashamaru... Sensei, no prometo llamarte así, pero después de conocerte mejor has ganado mi lealtad, y nunca te atrevas a cuestionarla; sigo siendo libre, solamente que ahora no haré nada que pueda dañarte.


Kurohana dijo todo lo anterior, mirando con esos ojos suyos, penetrantes y misteriosos, se aseguró de que Yashamaru la escuchara muy bien y se pudo notar que a él esas palabras no le desagradaron. Los rayos matutinos del sol destellaban, cálidos, confortantes... ya estando a los pies de la montaña otra vez, el olor a hierba y flores refrescaba el ambiente, Kurohana se atrevió a dar un vistazo a su alrededor; sonrió ligeramente y se colocó la capucha de su abrigo. Así fue como ocurrió, ese día sería memorable... sí, florecer tres veces.

No existe algo como la total certidumbre, sin embargo, saber que van hacia donde anhelan conforta a las almas.

Ending[]

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